Era un hermoso día soleado, Laurita junto a su madre observaba a las vacas pastando en la finca de unos amigos, a la cual habían sido invitadas para pasar aquel domingo.
Entre todos los animales diviso a uno mas pequeño y le pregunto a su mami.
– Mami, Como se llama ese?- señalando con el dedo…
– Ehhh, Vaquita… – La madre así le dijo para salir de paso ya que no se acordaba que se llamaba becerrito.
La niña continúo conversando con su madre…
– Mami, me puedes dar cien pesos… Dice con urgencia Laurita.
– Para que mi vida?
– Pues para comprar papitas y dársela a la vaquita, no ves que tienen hambre y esta comiendo hierba…
p.d Sacado de una historia verídica.
que linda!!!
la ingeniuidad de los niños es preciosa!
¡Eureka..! Pura inocencia inafantil
Un saludo
Asi es Pedro Guillermo.
Algo que casi se esta perdiendo en nuestros niños!
so cute…